A pesar de que no se tiene un número específico de la cantidad de niños que han quedado en estado de orfandad por la pérdida de uno o de ambos padres, se estima que el número trasciende a miles, ya que con la pérdida de uno de los dos, más de un niño pudiera ser afectado.
Entre los hechos más preocupantes de esta realidad está la delicada vulnerabilidad ante abusos, deserción escolar, embarazo precoz, reclutamiento por bandas delictivas, entre otros.
El trabajo social por parte de los entre responsables se debe incrementar debido al riesgo que los niños corren al no estar bajo la tutela directa de uno o ambos padres.
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