Abuelito centenario vivía a la sombra de un árbol, abandonado por sus 11 hijos, hasta que una desconocida lo adoptó
De casualidad, Benita Dearz, encontró a don Felipe caminando bajo el sol, conoció la historia de soledad y abandono de este hombre de 108 años y con el corazón estrujado lo vio bajarse en “su casa”, que no era otra que la sombra de un árbol en un parque público.
Con un nudo en la garganta lo dejo ahí, pero por la noche regresó, no solo para invitarlo a cenar sino para pedirle que fuera parte de su familia:
“Así quedó Don Felipe, bañadito, cambio nuevo y lo mejor una cena en familia.
Gracias por las compartidas, gracias por sus buenos deseos y muchas gracias por los mensajes recibidos Este hermoso gesto hacia el, es en honor a mis abuelos Blas y Angelita que están en el cielo”. comentó Benita Dearz.
Crédito Esto Pasa En Leon
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